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continuando con las mujeres

Un artículo de Alejandra Quintero de El diván rojo


“Mucho gusto mami”

Posted: 08 Feb 2009 10:15 AM CST



“Mucho gusto mami”, es la frase más inspiradora que he escuchado esta semana. Además de la sorpresa que me dio estar en el lugar en la cual espontáneamente afloró, no creía que me la estuvieran diciendo y le dije al caballero: “¿Me repite lo que dijo?” Y él, con sonsonete especial y gran entusiasmo insiste: “Mucho gusto mami, ¿quiere otra cervecita?”. A lo cual respondí con indiferencia: “No, muchas gracias. Mire, la que tengo está completica. Además no me diga mami, mi nombre es: Maria Alejandra, no Mami”. Me alegra que me haya hecho caso, pues a partir de ahí me empezó a llamarme por el nombre.

Más adelante me preguntó: “¿Y por qué no le gusta que le digan mami?” a lo cual respondí: “ ¿Usted cree que a las mujeres nos gusta que nos digan mami de entrada, o sea, sin conocerlo a uno y que le digan así?”. Y él contesta cual galán: “Claro, yo creo que al 90% de las mujeres a las que le digo eso le gusta, siempre se sonríen conmigo. Yo soy así con las compañeras de la oficina, con mis amigas, con las mujeres que recién conozco. Siempre les digo mami, mi amor o muñeca”. Le contesté: “Usted sabe qué pasa donde yo como mujer, acabando de conocerlo le diga: Mucho gusto papi… que quiere papito”. El contesta: “Uyyy no, que susto”.

Esta semana estuve analizando la situación tratando de hacerme conciente de las estrategias de acercamiento que tienen entre si hombres y mujeres, y aclaro: hombre con hombre, mujer con mujer, hombre con mujer y en sentido contrario. Acentuó esto porque el objeto de deseo no tiene sexo, eso es protocolo cultural y mucha gente se comió ese cuento.

(Retomando)

Estuve narrando los hechos como si fuera testigo de la fiscalía con algunas de mis amigas y amigos esta semana. El relato fue de lo más cómico para ell@s mientras mis colegas de género decían: “Me aterra que un hombre me diga así sin conocerme, a no ser que sea mi novio o un amigo muy personal que me diga muñeca, mi amor o mami”.

Esta situación me hizo caer en cuenta que el ritual de cortejo evidenciable en comportamientos comunes y generales en los hombres y caracterizado por los estudios de antropólogos y biólogos a lo largo de la historia, logra sus matices y diferencias según el moldeamiento cultural al que han sido expuestos, ya sea por la educación, el circulo social, el lugar donde viven, entre otros factores que hacen que cada macho, aunque conserve por filogénesis el comportamiento del cortejo logra diferenciar y variar su forma según el aprendizaje cultural y social. (Respiren y vuelvan a leer. Párrafo denso pero digerible.)


Hagan ustedes, mis queridos lectores sus propias conclusiones.

De mi parte va una recomendación a todos los bellos hombres de la ciudad que se acercan con tanta pluma y pecho prominente donde una hembra:

Las estrategias de seducción no son generalizables, no se puede aplicar la misma técnica con todas las mujeres (en este caso). Y antes de decirle mami a una mujer que no conoce, pregúntele cómo le gusta ser tratada. Si se quiere ahorrar la pregunta, dígale inicialmente por su nombre, genera una mejor impresión y un clima más favorable de acercamiento para que pueda sacar todas las plumas sin que las hembras huyan o se lo coman antes de tiempo, como es el caso de las Viudas Negras.

Nota: Acercarse a mi no es difícil, aunque si me cambian el nombre probablemente no responderé al llamado. Con que me digan Aleja todo esta bien.

Si les interesa el tema de los rituales de cortejo, les recomiendo el primer capítulo del libro: Anatomía del amor de Helen Fischer. Editorial Anagrama. Es buenísimo.


Psicóloga Alejandra Quintero R.

1 comentario:

LAURA dijo...

hola Aleja tu articulo esta super bueno y si en realidad es mejor dar unos tips para evitar molestias a la hora de tratarnos y de que nos traten GRACIAS...